lunes, 2 de febrero de 2009

Gatita e Íncubo: una fábula simpática



Había una vez una gatita, que a un íncubo se encontró.
El diablo díjole: "tú sabes bien quién soy"
"¿En qué forma quieres que lleve a cabo mi actuación?
Puedo ser un dulce niño,
o un terrible pecador.
Puedo ser un gato amable,
o un pulpo penetrador.
Tú dime en qué forma quieres
llegar a la perdición"
La gatita miróle con confianza
y, suavemente, sonrió.
"Tu discurso no me asusta,
hermoso seductor,
puedes ser quién tú desees:
no limitaré tu imaginación.
Pero piensa solamente,
(hay una pequeña posibilidad)
de que no sea yo la perdida,
y de que al cielo (terrible contratiempo!) vayas a parar.
Agosto 2007

4 comentarios:

  1. que tiernoooo, me encantaron tus escritos xime. te mando un besote.colo!

    ResponderEliminar
  2. de verdad te pareció tierno el poema del íncubo y el gatito? me alegro! (aunque nunca fue la intención que fuera tierno...!) Gracias por el aguante, Agus!

    ResponderEliminar
  3. ¡Hola Doris!

    Muy buena la fábula de la gatita y el íncubo ¡La podredumbre de tu cerebro siempre me deja sin palabras!

    Un beso.

    ResponderEliminar
  4. gracias, Patito!!! de alguna forma extraña me alegra que pienses eso de mí... jejeje!

    Salute!

    ResponderEliminar

Jirafitas visitantes, ¡dejen sus susurros!