.jpg)
Había una vez una gatita, que a un íncubo se encontró.
El diablo díjole: "tú sabes bien quién soy"
"¿En qué forma quieres que lleve a cabo mi actuación?
Puedo ser un dulce niño,
o un terrible pecador.
Puedo ser un gato amable,
o un pulpo penetrador.
Tú dime en qué forma quieres
llegar a la perdición"
La gatita miróle con confianza
y, suavemente, sonrió.
"Tu discurso no me asusta,
hermoso seductor,
puedes ser quién tú desees:
no limitaré tu imaginación.
Pero piensa solamente,
(hay una pequeña posibilidad)
de que no sea yo la perdida,
y de que al cielo (terrible contratiempo!) vayas a parar.
El diablo díjole: "tú sabes bien quién soy"
"¿En qué forma quieres que lleve a cabo mi actuación?
Puedo ser un dulce niño,
o un terrible pecador.
Puedo ser un gato amable,
o un pulpo penetrador.
Tú dime en qué forma quieres
llegar a la perdición"
La gatita miróle con confianza
y, suavemente, sonrió.
"Tu discurso no me asusta,
hermoso seductor,
puedes ser quién tú desees:
no limitaré tu imaginación.
Pero piensa solamente,
(hay una pequeña posibilidad)
de que no sea yo la perdida,
y de que al cielo (terrible contratiempo!) vayas a parar.
Agosto 2007
que tiernoooo, me encantaron tus escritos xime. te mando un besote.colo!
ResponderEliminarde verdad te pareció tierno el poema del íncubo y el gatito? me alegro! (aunque nunca fue la intención que fuera tierno...!) Gracias por el aguante, Agus!
ResponderEliminar¡Hola Doris!
ResponderEliminarMuy buena la fábula de la gatita y el íncubo ¡La podredumbre de tu cerebro siempre me deja sin palabras!
Un beso.
gracias, Patito!!! de alguna forma extraña me alegra que pienses eso de mí... jejeje!
ResponderEliminarSalute!