domingo, 30 de octubre de 2011
jueves, 20 de octubre de 2011
Gataflorismo
Había una vez una gata, que decidió empezar terapia.
Le tenía fobia a las orugas, y, ¡oh cruel tragedia! a las pelotas de lana.
Sacó un turno en la obra social y conoció a su terapeuta.
Le cayó bien desde un principio, muchos ajáes y pocos juicios.
Como era huerfanita, la terapeuta lo tenía fácil,
echó la culpa de todo a la guachez de la felina,
y le aconsejó no separarse.
La gata salió medio asustada
(¿sería verdad tanta falacia?)
Se tomó un café por donde pudo,
y se escapó por ahí a jugar al felpudo.
Tumor
Te miraba de lejos...
Muchos años.
Eras fuerte
Eras bella
Estabas sola
Triste
Contrariada
Pero eras fuerte.
Rompías cosas
Gritabas como loca
Pero nunca bajaste los brazos.
Me encantaste.
Esperé esperé esperé
y decidí finalmente crecer
crecer
crecer.
Hoy soy vos.
Hoy te tengo como siempre quise
Soy la muerte y te tengo
Soy la muerte, y te debilité.
Una costilla menos y nada de cabello
Te doblegué.
Pero a veces, cuando te mirás en el espejo,
te veo el fuego en los ojos.
Y siento miedo.
lunes, 10 de octubre de 2011
reconstruirse
domingo, 9 de octubre de 2011
octubre
Dos autitos en la mochila del inodoro.
Una puteada.
Tres turnos con tres médicos.
Heces en la bañadera.
Tres gritos pelados.
Manchas en las sábanas.
La culpa inmunda de no amarlo.
Un abrazo y un beso pegote.
La felicidad absoluta de adorarlo infinitamente.
Dedos de gelatina en el monitor, el vestido nuevo, los zapatos...
Complejo de patito feo y amante ausente.
Reuniones de jardín rodeada de potus.
Alaridos.
Olor a pis.
Alaridos.
Ropa eternamente manchada.
Marido alzado.
Alaridos (nocturnos).
Ronquidos.
Dos autitos,
la crema Goycoechea
y el control remoto en la mochila del inodoro.
Ojeras y raíces crecidas.
Lapiceras de colores derretidas en el horno.
Armar el bolso el sábado a la mañana.
Desarmarlo el domingo por la tarde.
Tres turnos con tres médicos.
Polisomnografía, estimulación temprana y ritalin.
Una entrevista psiquiátrica.
Dos dientes partidos.
Heces en la bañadera.
Un sacudón y a la cama.
Un marido que duerme...
Una madre...
desencontrada.
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