Amo quedarme sola a la noche, en silencio. Todos en sus camas, la estufa prendida, la pava en el fuego. Pispear fantasmas de reojo, y mirarles la ropa interior.
Es triste, lindo, y feo a la vez.
Es trillado, sí, pero no me importa.
Me gusta mirar fantasmas, para sentirles el gustito a rancio.
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